Conversando con Jota Cuspinera

by Basketistas

En una charla con Jota repasamos sus inicios en el mundo del baloncesto y su perspectiva de este deporte que, casi sin quererlo, se ha convertido en su medio de vida y en un pilar imprescindible de su formación como persona y por supuesto como profesional. Muchos lo conoceréis y sabréis de su biografía por eso hemos intentado ir más allá de esos datos y descubrir para algunos a la persona y personalidad que hay detrás. Esperamos que disfrutéis, como hemos disfrutado nosotros, de estos momentos con Jota. 

JOTA CUSPINERA: DE JUGADOR DE BALONMANO A LA ÉLITE DEL BALONCESTO

Jota puede considerarse un ciudadano del mundo, nacido en Getxo en 1970. Por cuestiones laborales paternas le tocó vivir en Bilbao, Barcelona, Nueva York y Madrid durante su infancia y primera adolescencia. Es en Madrid cuando toma su primer contacto con el baloncesto y no es a una edad temprana, sino a los 15 años y de una manera casi accidental.

P.- Ibas para jugador de balonmano tras haber hecho pinitos en atletismo, pero acabaste en el equipo de baloncesto del colegio al no salir la actividad de balonmano en la que estabas apuntado por número de chicos, ¿consideras que esa circunstancia del destino marcó tu vida profesional y quizá hasta personal?

R.- A la vista está que sí…el baloncesto se convirtió en una diversión al principio mientras era jugador, pero después, tras sacarme el curso de monitor de baloncesto (nivel I ahora), se empezó a convertir en lo que hoy es mi profesión. Dejé de jugar por una lesión y cada vez entrenaba más equipos, me pasaba la tarde entera en el Ramiro entrenando, ayudando, ejerciendo de delegado o viendo entrenar a otros…con el tiempo, y sin darme cuenta, el dinero que necesitaba para vivir lo sacaba del baloncesto.

P.- Como jugador eras un chaval bastante atlético que incluso se atrevía con los concursos de mates de la época. En esos años los chavales pasaban/pasábamos mucho tiempo en los patios de los colegios practicando deporte, en los parques, en la propias calles del barrio. ¿Te parece que hoy en día entre la sobreprotección, la inseguridad y las nuevas tecnologías se ha perdido todo eso? ¿Quizá ahora los “jugones” actuales lo son de laboratorio y no de puro talento espontáneo e innato? ¿Se limita la aparición natural de talento?

R.- Está claro que son tiempos distintos, no sé si los jugones de hoy son de “laboratorio”, está claro que hay menos chicos/as en los parques o recreos, pero aún hay alguno… el talento aparece, nada para la aparición del talento.

P.- Poco más adelante, con 21 años, una lesión con malas perspectivas te lleva a dejar de ser jugador cuando estabas en la cantera de Estudiantes. ¿La figura de Pepu puede considerarse el segundo momento crucial de tu relación con este deporte para acabar siendo entrenador profesional de baloncesto?

R.- Sin duda la figura de Pepu tuvo mucho que ver, primero fue mi entrenador en el Junior de Estudiantes, después como jefe de cantera fue el que me propuso entrenar a un equipo benjamín y empezar una “carrera” como entrenador…me puso ante el límite que creía que tenía como jugador, además acentuado por la lesión, y me abrió los ojos a un cielo abierto en una etapa como entrenador… y mira. Después Pepu sería quien me dio la oportunidad de ser ayudante en ACB, e incluso en la Selección Nacional en el Europeo de 2007.

Pepu Hernández, mentor de Jota Cuspinera (imagen: EFE)

P.- En la cantera de Estudiantes pasas por casi todas las categorías, hará unos veinte años de aquello. ¿Cómo ves ahora el baloncesto base con respecto a aquella etapa tuya?

R.- Así es, paso por todas la categorías como entrenador… no me gusta comparar distintas épocas, tendemos a creer que tiempos pasados fueron mejores, y lo que son es distintos. Ahora hay más medios, para casi todo. La cantera goza de buena salud, todo es siempre mejorable, pero se está haciendo bien…quizá, por ser un romántico, echo de menos la antigua categoría junior para terminar de “curtir” al jugador.

“Echo de menos la antigua categoría junior para terminar de curtir al jugador”

P.- En algunos momentos da la impresión de que no estamos respetando lo suficiente esas etapas de formación de chicos y chicas tan jóvenes pero por otro lado está ese miedo o miramiento a exponerlos a competir por considerarse un verbo un tanto tabú. ¿cómo entiendes que debe de ser hoy en día el tratamiento en las categorías de minibasket? ¿y ya en la canasta alta?

R.- El deporte es competir, se compite contra el rival y contra ti mismo, se trata de mejorar…ahora bien, esa competencia debe ser sana, bien canalizada, con unos límites éticos y morales, no todo vale, ni como jugador ni como entrenador, si respetas esos límites la competición no es que no sea mala, es que es buena. Ahora bien, hay que respetar los ritmos madurativos de los chicos y chicas, no todos maduran a la misma edad y eso hay que tenerlo en cuenta, hay que ayudar a todos a seguir creciendo, la exigencia ha de poner al jugador en un punto de esfuerzo por la mejora pero con posibilidades de éxito. Si la exigencia es baja surge el aburrimiento, si es demasiado alta la frustración, hay que jugar con ese punto de equilibrio variable.

P.- También has sido técnico de la Federación Española de Baloncesto en categorías inferiores, habiendo tenido bajo tus órdenes a auténticos talentos naturales como Ricky Rubio, de la inagotable cantera badalonesa. ¿Cómo ves las canteras en la actualidad y su proyección hacia la élite profesional?

Como he comentado antes, la cantera goza de buena salud, ya sé que todo es mejorable, la mejora es inherente a los retos del ser humano, nunca se acaba, la lucha por llegar a la élite es muy dura, pocos lo consiguen, por eso es élite…quizá si noto algo de prisa por llegar. Los casos de Ricky Rubio, y ahora Doncic no son lo habitual, estos 2 jugadores son 2 “marcianos”, son 2 talentos increíbles y además precoces, lo habitual, para quien llega es hacerlo con más edad, hay que tener paciencia, seguir trabajando, y lo que tenga que llegar llegará.

Un “marciano” llamado Ricky

P.- A todo esto, mientras ibas forjando tu carrera de entrenador, no descuidabas tu formación académica y te convertías en ingeniero agrónomo, aunque nunca has llegado a ejercer como tal. ¿deporte y formación académica son un tándem que además de óptimo debería de ser casi obligado y fomentado desde las propias canteras al estilo de las universidades estadounidenses?

R.- Para mí sí. Para los que no llegan a la élite (la inmensa mayoría) será lo que guíe su futuro profesional, para los que llegan a la élite (unos pocos elegidos, muy pocos) el baloncesto tiene fecha de caducidad. A veces siento que no hay muchas facilidades para compaginar el baloncesto con los estudios, que depende mucho de las personas (un profesor que te cambia un examen), pero para mí debería estar reglado…no tiene sentido que haya campeonatos que coincidan con fechas de exámenes importantes para la vida del jugador, no tiene sentido tener que elegir cuando deberían poder compatibilizarse sin problemas, en eso me gusta el modelo americano. La formación no ha de ser necesariamente universitaria, no todos quieren ir la universidad, pero si debería ser obligatorio formarse, hay FP, se pueden aprender oficios, siempre hay que tener algo. Además soy de los que piensa que el baloncesto tiene un componente intelectual que puede verse beneficiado por esa formación académica.

“A veces siento que no hay muchas facilidades para compaginar el baloncesto con los estudios (…) debería de ser obligatorio formarse”

P.- Conociéndote un poco más lo que se observa es que para haber sido un estudiante “de ciencias”, la faceta filosófica y psicológica asoman muy potentemente en tu pensamiento y forma de interpretar la vida. ¿es algo que surge solo o hay alguna circunstancia? ¿La psicología es algo que también hay que insistir en introducir en cualquier deporte y a cualquier nivel?

R.- Hay una circunstancia, mi primer “despido”, Estudiantes tras casi 20 años me dice que no va a renovar mi contrato, eso me deja en shock, era mi casa y estaban diciendo que no podía seguir, ahí sufro un cambio importante que me lleva a ver la faceta emocional y espiritual del ser humano como algo importante, y empiezo a leer mucho sobre todo ello. La psicología es, entre otras cosas, la ciencia que estudia el comportamiento humano, está en todo, y más en procesos de enseñanza y relacionales. La psicología, está de facto, en el baloncesto, otra cosa es que aún no hayamos introducido la figura del profesional, que para mí es importante, no podemos seguir pensando que psicólogos somos todos, porque es verdad que todos ejercemos la psicología, consciente o inconscientemente, pero muchas veces, por la falta de formación, la ejercemos mal… y ahí un profesional puede ayudar mucho. No se trata de “curar” problemas cuando aparecen, que también, se trata de prevenir que no aparezcan dichos problemas en la medida de lo posible, y ahí el profesional se me antoja indispensable.

P.- Y por supuesto es evidente que uno de tus escritores de cabecera es Jorge Bucay. ¿Por qué recomendarías su lectura a quien no lo conozca?

R.- Descubrí que los cuentos, las metáforas, son una muy buena forma de enseñar algo sin que el receptor del mensaje ponga un muro de protección, sin que se sienta atacado. Eso sí, hay que dejar siempre la interpretación al receptor del mensaje… explicar el cuento suele romper la magia del mismo, salvo que debatas, por petición del receptor, de lo que ha entendido cada uno. Pensamos que los cuentos son para los niños, y descubres que los cuentos son para todas las edades porque el niño interior nunca desaparece.

P.- Pero tu faceta “científica” era también potente, tanto como para decidirte a aprender programación informática por tu propia cuenta ¿no? ¿Te consideras una persona autodidacta también en el baloncesto? ¿Te gusta innovar o improvisar o en eso eres más de manual? En la era del “big data”, los números, estadísticas y récords ¿pueden llegar a devorar el auténtico espíritu del deporte?

R.- Habría que definir autodidacta, si por autodidacta entendemos “sin la presencia de un profesor”, entonces sí, pero en realidad el “profesor” está ahí, puede ser un libro, escrito por alguien, no puedes interactuar con él, no te puede explicar más allá de lo que pone en el libro, pero es el libro el que te está instruyendo, luego como en todo, ensayo y error, y más libros. En el caso del baloncesto he tenido muy buenos maestros, maestros que me han enseñado “in situ” y maestros que me enseñaron el arte de pensar… en ese sentido, soy de los que piensa mucho sobre lo que tratan de enseñarme, lo cuestiono, lo tamizo, y llego a mi propia conclusión, que puede coincidir o no con lo que me están enseñando. Soy mucho de imitar y copiar lo que me gusta en otros…imagino que soy de manual, lo que pasa es que a veces copio del manual de la minoría y eso puede hacer parecer que improviso o innovo, pero es casi seguro que lo que hago se lo he visto antes a alguien. A la pregunta de los números iba a contestar que no, que no se puede acabar con el auténtico espíritu del deporte, pero pensando en como evoluciona toda no me atrevo a asegurarlo… sigo creyendo en ese espíritu, pero tengo claro que si me viera un entrenador de hace 40 años me diría que ya en mi baloncesto los números lo han invadido todo, aunque para mí no sea así.

P.- Para ti, un buen entrenador nunca debe de renunciar a ser uno mismo pero, en la órbita profesional, si no se es un nombre consagrado, ¿puede uno permitírselo?

R.- Te contestaré con otra pregunta, ante la falta de garantía de éxito una vez que llegas a la órbita profesional, ¿te puedes permitir fracasar sin ser tú mismo? Si la respuesta es NO, entonces debes ser tú mismo.

“Sin garantía de éxito, ¿te puedes permitir fracasar sin ser tú mismo? Si la respuesta es NO, debes ser tú mismo”

P.- Por último en tus facetas académicas irradias una gran dosis de magisterio. Dices que la enseñanza brillante ilumina el camino del aprendizaje y sobre todo a ti se te nota que te gusta tanto enseñar y compartir tus conocimientos como aprender. ¿quizá de lo mejor del baloncesto base sea poder enseñar y también aprender de chicos y chicas jóvenes? ¿En el momento actual en qué porcentaje del tándem Aprendedor/Enseñante estarías?

R.- En mi opinión, el “docente” disfruta cuando el/la alumno/a crece… yo disfruto viendo crecer a un individuo y viendo crecer a un grupo, probablemente la parte que más me gusta del baloncesto es su parte de enseñanza-aprendizaje…si no hubiera sido entrenador de baloncesto (más allá de piloto, que no puedo ser por ser daltónico) me hubiera gustado ser profesor. Nunca se deja de aprender y soy un devorador de “conocimiento” compulsivo, de distintas materias, en la parte de enseñante, ahora estoy en la parte de “compartidor” de experiencias, que el “alumno” coja para sí aquello que crea que puede ayudarle o aquello que le guste. Y como no paro de leer o ver vídeos formativos, y tampoco paro de compartir, diría que al 100% ambas, pero como matemáticamente no es posible, pues al 50%.


Dejamos a Jota con sus inquietudes, con su baloncesto y con su constante afán de aprender y formarse en muchos campos. Un lujo compartir un rato con un maestro como él, un “tío de baloncesto” como dirían los americanos.

Esperamos que os haya gustado esta breve charla con Jota Cuspinera, un grande.

Un saludo,

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